lunes, 19 de octubre de 2009

El alcance a los públicos especiales

¿Qué imaginamos generalmente cuando alguien dice “público”? Tal vez se nos viene a la mente alguna escena de una multitud. Pues esto no es así, es por esta razón que los especialistas en relaciones públicas piensan casi siempre en términos de públicos pequeños, más específico, extractados del conjunto total. Sólo son pocas las personas que tiene la oportunidad de comunicarse con todo el público peruano; sólo las campañas políticas nacionales implican un esfuerzo como ese, el de poder dirigirse y ser escuchado por todo un país. De hecho se dice que existe un público cuando un grupo de personas es atraído por intereses definidos en ciertas áreas y tiene determinadas opiniones sobre las cuestiones dentro de ellas. Existen varios tipos de públicos, y las personas son frecuentemente miembros de varios de ellos.

Públicos internos y externos

Un público interno es aquel que consta de personas que ya están conectadas con una organización y con quienes la organización se comunica normalmente en la rutina ordinaria de la vida laboral. La pregunta es “¿cómo debemos comunicarnos y hasta qué punto?” El público interno típico en una organización son los empleados, accionistas, proveedores y comerciantes.

Por otra parte, el público externo está conformado de personas que no necesariamente se relacionan con una organización particular. Por ejemplo, los miembros de la prensa, educadores, autoridades gubernamentales o el clero, pueden no tener intereses en la industria. Los líderes de las industrias no pueden suponer un interés automático y, cuando menos, hasta cierto pueden optar por comunicarse son estos grupos o no.

Los empleados

Generalmente los públicos internos se dividen en muchas sub secciones que difieren considerablemente las unas de las otras y a las cuales hay que acercarse de la manera más adecuada a sus intereses y patrones de reacción. Por ejemplo, entre los empleados existen trabajadores a los cuales se les paga por hora, asalariados y personal gerencial, cada grupo con sus características y puntos de vista especiales.
A veces los empleados tienen pocos intereses en común. Por ejemplo, los técnicos laboratoristas y los científicos pueden estar trabajando en el mismo proyecto para la misma compañía y sin embargo entre ellos casi no existe simpatía o amistad en ocasiones, los nuevos empleados tienen pocos amigos íntimos; contrastan con los veteranos que se han vuelto viejos en el trabajo. Incluso el tamaño de los departamentos que existen dentro de la empresa constituye una gran diferencia ya que en algunas compañías todos se conocen por nombre. y en otras la identificación mediante números sería más apropiada que los nombres. De hecho, en las organizaciones más pequeñas y simples es una peligrosa inconsciencia considerar a todos los empleados como de tipo homogéneo.
Algunos de los aspectos por los que los empleados suelen abogar, aunque en diferente grado, son los siguientes:

Seguridad. ¿Es seguro el trabajo? ¿Las compañías están haciendo buenos negocios, o está propensa a paros forzosos?; ¿el negocio está progresando o declinando? ¿Cuán seguro estoy en mi trabajo?; ¿hay posibilidad de automatización o cambios en el proceso?

Respeto. ¿Se me reconoce como un ser humano que sabe algo que vale la pena? Conforme aumenta su capacidad personal, el deseo de reconocimiento de un trabajador se intensifica y la edad también contribuye a esta necesidad de respeto.

Participación. ¿Soy sólo una parte de un gran engranaje, o conozco algo más de lo que sólo pasa enfrente de mí del proceso del cual soy parte? No todo el mundo posee el mismo grado de curiosidad y ambición, pero sí una sorprendente mayoría. Es la diferencia entre dos picapedreros medievales a quienes se les preguntó qué hacían: “Picando piedra”, contestó uno de ellos; 2 Ayudando a construir una catedral”, dijo el otro.

Consideración. ¿Se me informa y consulta sobre lo que sucede; ¿ se me brinda la oportunidad de expresar mis ideas cuando las tengo?

Reconocimiento. ¿Qué recompensa se otorgan por un buen y fiel servicio?; ¿las personas conocen dichas recompensas tanto dentro como fuera de la planta?

Oportunidad. ¿Son justas las políticas de promoción?; ¿hay oportunidades de progreso?, ¿puedo hacer lo que otros han hecho?; si el camino está abierto y yo no lo sigo, ¿puedo culpar a alguien más que no sea yo?; ¿el merito de quienes están a la cabeza justifica su eminencia?; ¿Cuáles son las oportunidades para las mujeres o miembros de grupos minoritarios?

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Conceptualización de las Relaciones Públicas, naturaleza de la comunicación y la opinión pública

Es difícil tener una definición exacta de las relaciones públicas, como se menciona en el libro, vendría a ser casi lo mismo como tratar de definir la religión o la educación, sin embargo esto no quiere decir que no sean importantes. Es por esto que el autor comienza este libro con una definición general, la cual sostiene que las relaciones públicas son la comunicación planificada y persuasiva destinada a influir sobre un público considerable. Un poco lo que se quiere explicar con esta definición es que las relaciones públicas no son accidentales, sino que son planificadas con sumo cuidado.

Las relaciones públicas generalmente tienen como propósito influir sobre las opiniones durante un periodo más prolongado de tiempo y en muchos campos. Los programas de relaciones públicas y los programas publicitarios de una compañía están muy relacionados, debido a que si una compañía cuya publicidad es confusa o de mal gusto, difícilmente podrá gozar de buenas relaciones publicas. El anuncio de un producto no solo vende o promociona el producto en sí, sino también la imagen de la compañía que lo produce.

Entre las 300 compañías principales de Estados Unidos en el año 1936, solo una de cada 50 tenía un departamento de relaciones públicas debidamente instalado; actualmente, la proporción es de 3 por cada 4. Este crecimiento no se limita a Estados Unidos. Desde fines de la segunda guerra mundial han surgido grupos de profesionales en relaciones públicas en países como Francia, Holanda, Alemania Occidental, Noruega, Suecia, Gran Bretaña, México, Brasil entre otros.

Un tema importante tocado en libro trata sobre la naturaleza de la comunicación y la opinión pública, el autor expone la observación como un elemento que en las últimas décadas, ha puesto en igual posición de importancia tanto a la función del emisor como la del receptor, debido a que depende mucho de los receptores una adecuada interpretación para lograr entender la intención del emisor. La percepción no se limita necesariamente a la observación personal, también proviene de las comunicaciones en las que las transmisión de idea de otras personas puede ser muy variada y compleja. En cuanto a la codificación de una comunicación, hay que tener presente que la manera en que una fuente codifica es un reflejo de las experiencias personales o incluso ajenas y también todos sus antecedentes sociales, la codificación también implica elegir un medio de trasmisión. Marston, autor del libro, sostiene que uno de los problemas más graves de la comunicación a través de los medios masivos es la falta de respuesta inmediata y cierta, ya que sin ellas el emisor no puede saber sin en realidad se ha comunicado o qué efecto han tenido sus palabras, es por esto que toma mucha importancia la comunicación bidireccional, la cual ayudara a los emisores a expresarse, a poder aclarar sus ideas y a animarse mediante el agradable proceso de la autoinformación , el placer de la conversación.

El otro tema de trascendencia para el desarrollo del libro, era la concepción de la opinión pública, la cual puede definirse como las decisiones de grupos de personas en relación con temas mencionados, identificables. Comúnmente suponemos de forma errónea que las opiniones de un público son solo la suma total de las opiniones de los individuos comprendidos en ese público. Las conversaciones tienen como resultado la comunicación y la aprobación grupal.
El sistema de valores de vez en cuando se puede presentar como un inconveniente ante la intención de la persuasión, debido que es difícil persuadir a cualquier persona para que crea o realice algo que va en contra la escala de valores aceptada por su grupo social, quienes pertenecen a un grupo determinado, tienen poca tolerancia hacia aquellos argumentos que los molestan al contradecir las creencias que son socialmente aceptadas.